Ayer, 6 de Septiembre de 2010, en el pleno ordinario municipal, el alcalde de Navalmoral declaró de forma tajante que no habría ampliación de horarios de bares y pubs en nuestro municipio durante las ferias y fiestas de San Miguel, acusando de nuevo, la escalada de violencia juvenil.
Desde que el Partido Popular llegó al Gobierno Local en 2003 y el traslado meses después del espacio de ocio nocturno al antiguo ibiza, lo cual suponía un incumplimiento electoral, los jóvenes moralos hemos soportado un continuo ataque verbal por parte de nuestro máximo dirigente; todo acto vandálico e injustificado que acaece en Navalmoral tiene un único responsable, los jóvenes.
Es curioso, pero cada vez que Rafael Mateos habla de la juventud es de forma destructiva y aprovechando algún acontecimiento grave que ocurre en nuestro municipio: "escalada de violencia juvenil", "No sé si son unos pocos, pero todos son culpables por acción u omisión". De una manera u otra, la muerte del ocio en Navalmoral ha ido aparejada a la destrucción de la imagen de los jóvenes.
Existe un proverbio chino que dice "cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución", y es que Rafael Mateos está intentando dibujar una realidad que no es para poder practicar su solución. Tras la criminalización, una prohibición.
Pero la realidad es otra, y la mirada es positiva; aquellos jóvenes que trabajan más de 40 horas semanales, otros que hacen sus exámenes de Septiembre, los que buscan empleo con todas sus fuerzas, voluntarios en asociaciones, deportistas que practican en los fines de semana; todos los que tienen derecho al recreo y el ocio.
Vamos a sentarnos, acordemos medidas conjuntas, regulemos la noche y hagamos que el descanso y ocio sean compatibles, fomentemos actividades saludables, castiguemos al infractor, eduquemos, eliminemos el alcohol de los menores; si sólo prohibimos, tendremos lo contrario.
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